Independientemente del estilo musical favorito de su familia, escuchar música y alentar a su hijo a hacer lo mismo puede aportar innumerables beneficios para el desarrollo de su pequeño.
Ya en el útero:
El sonido era parte del desarrollo cognitivo incluso antes de que naciera el bebé. Cuando se expone a la música, se produce un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, lo que proporciona un mayor estado de atención. En la madre, hay cambios en la respiración, la temperatura y la circulación sanguínea, lo que proporciona bienestar a ella y al bebé.
Fortalecimiento de bebés prematuros:
Los estímulos sonoros contribuyen al aumento de peso y reducen la duración de la hospitalización de los bebés en cuidados intensivos neonatales. La estimulación auditiva facilita el ritmo cardíaco y respiratorio, reduce el estrés fisiológico y facilita la recuperación.
Calidad de vida para todos:
Los niños con problemas neurológicos crónicos, autismo, trastorno por déficit de atención u otras características atípicas pueden lograr una mejor calidad de vida a través de la música. La combinación de ritmo, armonía y melodía facilita el aprendizaje y la concentración, calma, promueve las interacciones, desarrolla los sentidos, mejora la planificación y ejecución de tareas, etc.
Sobre la educación:
Se ha demostrado que las lecciones de música pueden mejorar la inteligencia de los niños. Un estudio realizado en Canadá evaluó el IQ (IQ) de niños de 6 años antes y después de las lecciones de música. El coeficiente intelectual promedio de los estudiantes aumentó significativamente.
En general, el desarrollo de:
Desarrolla la coordinación motora, facilita la alfabetización, reduce las dificultades de lectura y escritura, mejora la atención, la concentración y la memoria, enfatiza la sensibilidad y la creatividad, ayuda a comunicar niños introspectivos, enseña ritmo, promueve el trabajo en grupo, trabaja el razonamiento lógico, mejora la autoestima. ..
En el campo mental / emocional / afectivo:
El ritmo juega un papel importante en la formación y equilibrio del sistema nervioso, porque cada expresión musical promueve la descarga emocional, la reacción motora y activa la tensión. Por eso, actividades como cantar y bailar son importantes. Las actividades musicales colectivas ayudan al niño a desarrollar el concepto de grupo, a compartir sentimientos, a liberar emociones y a fortalecer su seguridad.
Para obtener ayuda adicional:
Algunas canciones contribuyen a los hábitos y actitudes de la raíz, como lavarse las manos, cepillarse los dientes. También ayuda a memorizar números o letras y trae problemas de comportamiento a los niños, como rabietas y pereza.
Autonomía:
Cuando el niño aprende a tocar un instrumento, no solo se siente capaz, sino que adquiere la capacidad de estar solo, sin sentir la falta de atención.